James Douglas Morrison, vocalista de The Doors, es
considerado uno de los cantantes más populares, influyentes y carismáticos de
la historia del rock (el quinto mejor vocalista de todos los tiempos, según la
revista “Rolling Stone”). Los seis discos de estudio que grabó con sus
compañeros Ray Manzarek, Robbie Krieger y John Densmore, incluyen piezas
musicales de antología que han hecho las delicias para los amantes del rock
clásico.
Morrison, hasta hoy, aún es considerado el arquetipo perfecto de la estrella de rock: voz privilegiada, mirada magnética, hosco, misterioso, inspirador, escandaloso y poseedor de un sex appeal natural. Nacido como James Douglas Morrison el 8 de diciembre de 1943, el “rey lagarto” antes de probar suerte en la escena musical ya estaba especialmente obsesionado con la poesía simbolista francesa y los mitos y religiones de las culturas de los nativos americanos. También era un consumidor habitual de alcohol y varios tipos de sustancias psicoactivas (LSD, cannabis y peyote), las que defendía porque lo ayudaban, en su opinión, a alcanzar otros estados superiores de conciencia, con un mayor equilibrio espiritual y paz interior (curiosamente, Morrison jamás se mostró especialmente entusiasmado con la heroína, principalmente por su declarada fobia a las agujas).
Morrison, hasta hoy, aún es considerado el arquetipo perfecto de la estrella de rock: voz privilegiada, mirada magnética, hosco, misterioso, inspirador, escandaloso y poseedor de un sex appeal natural. Nacido como James Douglas Morrison el 8 de diciembre de 1943, el “rey lagarto” antes de probar suerte en la escena musical ya estaba especialmente obsesionado con la poesía simbolista francesa y los mitos y religiones de las culturas de los nativos americanos. También era un consumidor habitual de alcohol y varios tipos de sustancias psicoactivas (LSD, cannabis y peyote), las que defendía porque lo ayudaban, en su opinión, a alcanzar otros estados superiores de conciencia, con un mayor equilibrio espiritual y paz interior (curiosamente, Morrison jamás se mostró especialmente entusiasmado con la heroína, principalmente por su declarada fobia a las agujas).
Después de la grabación del disco L.A. Woman, Jim Morrison
decidió tomarse un tiempo libre y se mudó en marzo de 1971 a Francia, tierra del
existencialismo, con su novia, Pamela Courson. Pero el 3 de julio de ese mismo
año la misma Pamela lo encontró muerto en la bañera de su piso del barrio del
Marais. El parte médico estableció que el cantante murió por un fallo cardiaco
agravado por el abuso de alcohol, pero nunca se realizó una autopsia en regla
debido a que no se evidenció violencia en su muerte. Morrison fue enterrado en
París, en el cementerio de Père-Lachaise, convertido en la actualidad en un
lugar de peregrinación para fans de todo el mundo (su tumba, de hecho, es el
cuarto lugar más visitado por los turistas en la capital francesa, después de
la Torre Eiffel, Notre Dame y el Centro Pompidou). La actual lápida, colocada
por los padres del cantante en 1991, dice en griego antiguo: “Kata Ton Daimona
Eaytoy”, que significaría “Fiel a su propio espíritu divino dentro de él”,
aunque otros afirman que significa “De acuerdo a su propio demonio”.
Recientemente, a propósito de la muerte de Jim Morrison,
después de 43 años de silencio, la actriz y cantante inglesa Marianne
Faithfull, causó un pequeño revuelo mediático al confesar a la revista “Mojo”
que la sobredosis que mató al frontman de los Doors había sido provocada
accidentalmente por su novio de entonces, el dealer Jean de Breteuil. “La
última vez que estuve en Londres un periodista me preguntó por qué maté a Jim
Morrison, así que decidí contar exactamente lo que pasó y demostrar que yo no
maté a Jim Morrison. Aunque sí sé quien lo hizo. Fue Jean de Breiteuil, quien
fue a verlo para venderle droga y lo mató de forma accidental. La muerte de Jim
Morrison fue consecuencia de la pureza del caballo (heroína) que le suministró
De Breiteuil. Y yo no sabía nada sobre esto. De todas formas, todos aquellos
relacionados con la muerte de este pobre chico están muertos ya. Todos excepto
yo”, dijo Faitfull, entregando quizás algo de luz entre las brumas que
ocultaron durante años la muerte del mítico cantante de los Doors, el mismo que
en la parte final de la canción “Not to touch the earth” declaraba “I’m the
Lizar King. I can do anything” (“Soy el rey lagarto. Puedo hacer lo que
quiera”).
http://www.guioteca.com/fenomenos-paranormales/la-maldita-historia-del-club-de-los-27-las-estrellas-del-rock-que-murieron-tragicamente-a-los-27-anos/
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