A comienzos del mes de marzo de 1936, el “bluesman” Robert Johnson estaba desesperado ,desolado por la falta de fortuna ,dinero y reconocimiento. Estaba convencido además que no poseía el suficiente talento ni como guitarrista ni como cantante para seducir a las audiencias . Por supuesto, estaba enfadado con dios, irritado porque su querida esposa Caletta y su propio hijo estaban muertos.

Reclamó a Satán que le diera rapidez para que sus dedos pudieran bailar por su guitarra . Además, que satánicamente le proporciona la voz de los ángeles. A cambio, su alma sería propiedad del mísmísimo demonio. Desde aquella noche, Robert Johnson se transfiguró . Le cambió la expresión de su rostro y cuando cantaba rompía con una voz quebrada, expresiva que se metía en tu alma pecadora como el propio diablo. Y sus dedos eran milagros acariciando su guitarra. Todo lo cuenta su compañero de fatigas de aquellos días, Willie Brown.
Lo cierto es que pocas meses más tarde grababa sus primera canciones en el Gunter Hotel de San Antonio, en Texas. Se lo había pedido el productor de blues Don Law. Johnson grabó diecisiete canciones el 23, el 26 y el 27 de noviembre de 1936 . Grabaciones en una sóla toma. Johnson hizo una segunda grabación al año siguiente , en el edificio del sello discográfico Brunswick Records en Dallas, Robert grabó doce canciones más para el mismo productor los días 19 y 2o de junio de 1937. Pero este nuevo apóstol del diablo no volvió a encontrarse jamás con su mentor y sólo tenemos como referencia sonora esas 29 canciones.
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